• HTTPS – Transferencia segura de datos.

    • Siempre que nos conectemos a nuestra banca online o correo electrónico o donde tengamos que dar nuestros datos en la red, debemos asegurarnos que cuando tecleamos el usuario y la contraseña, el protocolo que utiliza el navegador es HTTPS y no HTTP. De esta forma, nuestros datos viajarán cifrados por la red, lo que evitará que un tercero no autorizado pueda leerlos.

  • R.T.S.I

    • Este Blog de redes de telecomunicaciones y seguridad de la información, en su abreviatura R.T.S.I, fue abierto por Satiro Ndong Abeso cuyo fin y objetivo es formar e informar de los diferentes temas en el ámbito de las redes de telecomunicaciones así como el uso seguro de la misma, es decir, el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (Tic´s) en los diferentes niveles y sistemas educativos tienen un impacto significativo en el desarrollo del aprendizaje y el fortalecimiento de sus competencias para la vida y el trabajo que favorecerán su inserción en la sociedad del conocimiento.

  • Centros de procesos de datos.

    • Los centros de datos están considerados como la sala de máquinas de un negocio, permitiendo a las organizaciones conseguir sus principales objetivos empresariales, ya que albergan los procesos críticos, aplicaciones e información de la organización. A medida que migra sus datos y aplicaciones importantes a entornos virtuales y basados en la nube, la estrategia de seguridad y control de esta información debe también evolucionar.

  • Sentido Común.

    • Evita ser víctima de un engaño. Una de las mayores herramientas de seguridad en internet y en los grandes sistemas es sin duda el SENTIDO COMÚN, no hace falta sacar una carrera universitaria en Harvard University para poder entender este concepto, si entiendes que si metes la mano en el fuego te podrías quemar, entenderías este concepto, Ejemplo de ello, nadie te dará un Crédito sin conocerte, te ha tocado la lotería o Premio de la lotería sin haber jugado, es importante saber que para ganar la lotería se ha de jugarla.

  • PROTECIÓN a menores en la red.

    • Los principales problemas relativos a la utilización de Internet por parte de menores radican en la ingenuidad, buena fe o simple desconocimiento de lo que puede esconderse al otro lado de la red, resulta necesario poner al servicio de los usuarios una serie de recomendaciones para evitar que los menores sean víctimas o accedan a contenidos ilícitos e inapropiados. Eduque al menor sobre los posibles peligros que puede encontrar en la Red así como aconsejándole/a no participar en charlas radicales (provocadoras, racistas, humillantes, extremistas, etc.) ya que pueden hacerle sentir incómodo/a.

  • La Red de Redes.

    • Las Redes de redes se utilizan para comunicar no sólo a individuos sino que tienen una gran utilidad en las comunicaciones empresariales, bancarias, estatales, diplomáticas, militares, entre ciudadanos y administraciones públicas, es decir, mucha información sensible circula por estas redes. Existe un riesgo real de que personas no autorizadas intenten tener acceso ilegítimo a ella. Debemos aprender a utilizar y configurar estas redes adecuadamente las opciones de seguridad y privacidad, de esta forma sólo tendrán acceso a nuestros datos personas autorizadas.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Posted by Unknown
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Los avances tecnológicos se han convertido en un proceso imparable. Las innovaciones se van sucediendo unas tras otras multiplicando sus efectos. En el campo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) hay que destacar varios hitos, como la digitalización de las señales, la transmisión de datos, la telefonía móvil, la fibra óptica o la banda ancha fija y móvil, que han transformado radicalmente el mundo de las comunicaciones. Gracias a todas estas tecnologías y aplicaciones disponemos hoy de un sistema de conexión universal como es Internet. Con el paso del tiempo, y gracias a la suma de innovaciones, la Red se ha ido transformando y ha pasado del concepto de Internet de las Personas al de Internet de las Cosas.
¿Qué es el Internet de las Cosas? Es la evolución de un primer Internet más centrado en las personas y cuyo potencial reside en la capacidad para combinar datos con personas, procesos y objetos. A partir de sensores, redes avanzadas de comunicaciones y procesos analíticos basados en el big data se están poniendo en marcha aplicaciones que harán más fácil la vida de las personas, mejorarán la sanidad y la educación, potenciarán las ciudades, los edificios y las redes eléctricas inteligentes, aumentarán la seguridad de la información e incrementarán el nivel de eficiencia de empresas y Administraciones Públicas.
La idea es muy sencilla. Hasta ahora Internet era una red que permitía el acceso a portales, servicios, aplicaciones o diferentes opciones. El usuario, persona o negocio, entraba en ella y simplemente hacía lo que había ido a hacer, buscaba información o navegaba por las distintas posibilidades. Conforme la tecnología lo ha permitido, todo tipo de dispositivos, máquinas y objetos se han sumado a la Red. Estamos hablando de una gama de objetos infinita, desde el contador del consumo de agua que hay en los domicilios al sensor incorporado en una plaza de un aparcamiento público, pasando por una nevera, por una pulsera que lleva un enfermo o por un dispositivo asociado a una máquina en una fábrica. Todos ellos, al estar en permanente conexión con el resto del universo a través de Internet, pueden interactuar con personas, ordenadores u otros objetos, para dar información o avisos, recibir instrucciones, etc.
En esencia el Internet de las Cosas se basa en sensores, en redes de comunicaciones y en una inteligencia que maneja todo el proceso y los datos que se generan. Los sensores son los sentidos del sistema y, para que puedan ser empleados de forma masiva, deben tener bajo consumo y coste, un reducido tamaño y una gran flexibilidad para su uso en todo tipo de circunstancias. La evolución de Internet también precisa de potentes y seguras redes de comunicación inalámbrica M2M (máquina a máquina), que hagan posible la incorporación a las redes y a los sistemas de objetos totalmente fuera de ellos hasta hace poco. Finalmente es necesario aplicar inteligencia (“smart”) a los sistemas y a los objetos, aprovechando los datos recogidos por los sensores, para procesarlos y convertirlos en información útil y en actuaciones. Aquí las técnicas de análisis asociadas al big data son vitales. En ocasiones hay que aplicar potentes sistemas de información y de software avanzado que hagan posible el tratamiento de grandes volúmenes de datos de una naturaleza variada y a gran velocidad. Muchos de esos datos ya existían, pero hasta ahora la tecnología disponible no permitía su explotación y aprovechamiento.
Las smart cities (o ciudades inteligentes) pueden ser un buen ejemplo de lo que es capaz de dar de sí el Internet de las Cosas. En ellas, la combinación de dispositivos, sensores, redes de comunicaciones, capacidad de almacenamiento y de procesamiento y plataformas de gestión hacen posible unas ciudades en la que se prestan servicios de una forma más eficiente y sostenible, mejorando la vida de los ciudadanos, las posibilidades de los negocios y el atractivo de la propia ciudad para conseguir turismo, talento e inversiones. Entre los servicios que pueden mejorar significativamente se encuentran el suministro y consumo de energía o de agua, el transporte y la movilidad, la seguridad ciudadana y la protección civil, la creación de un entorno favorable para los negocios, el gobierno de la ciudad, la transparencia y participación ciudadanas, el soporte al turismo y al comercio, la gestión de residuos, la gestión del mobiliario urbano, la eficiencia energética de los edificios o la gestión de los aparcamientos.
Además de las ciudades inteligentes, los campos de aplicación del Internet de las Cosas son muchos y muy variados. La sanidad, para monitorizar a los pacientes y conectarlos a los médicos y demás profesionales sanitarios; los sectores de la energía y del transporte, para conectar a proveedores y clientes; el sector del retail, para predecir cuándo comprarán los consumidores; las telecomunicaciones y los servicios de información; los servicios financieros; o las fábricas inteligentes. En estos y otros campos es posible encontrar también casos muy concretos de aplicación, como el marketing y la publicidad, la educación, los vehículos o los juegos y el entretenimiento conectados o las redes eléctricas inteligentes, en los que las nuevas posibilidades alcanzan rendimientos máximos.
Un punto importante del Internet de las Cosas es que requerirá habilidades y conocimientos específicos combinados (tecnológicos, matemáticos o de funcionamiento de las organizaciones), en un perfil que hasta ahora no existía. Es decir, se abrirán nuevas e interesantes oportunidades de trabajo y se crearán empleos en este sector de actividad. Uno de los ejemplos más claros es el de los gestores de datos, perfil que se encuentra a mitad de camino entre la tecnología y la operación de los negocios y que requiere conocer y manejar las nuevas herramientas para la captura, el análisis y el aprovechamiento de los datos. La enseñanza, en sus diferentes niveles, también tendrá que hacerse eco de estas nuevas demandas.
Los retos y oportunidades que se avecinan son grandes y todos los sectores de actividad humana se ven afectados por las posibilidades del Internet de las Cosas, que según diferentes análisis conectará varias decenas de miles de millones de dispositivos y objetos a corto plazo. Como ocurre con otras actuaciones asociadas a la evolución tecnológica, además de todos los temas de innovación hay también que analizar y valorar el impacto económico y social en las vidas de las personas, buscando su beneficio y cuidando al máximo los aspectos de seguridad y privacidad. Si todo ello se consigue, el Internet de las Cosas cambiará nuestras vidas de forma radical y las hará mejores.

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